Sutileza

Hola.

Tengo pecados aún sin estrenar.

¿Estás solo?

Estos últimos días


Paraísos tan breves que suelo recordarlos al parpadear.

La QuitaPenas



No me dejó seguir pensando.


Sentada tan lejos de mi casa, esperando verla.


Y ahí estaba,

Igual de extravagante que la primera vez

Con su sola presencia alejó toda la mufa,


hizo sonrojar al más pervertido.


Ella da los besos más gourmet de todos.

Fea pero me curtí a tu novio - Introducción

Después del metamorfórico (existe esa palabra? Já) encuentro con la vecinita de Analía, mi vida iba a tomar la autopista hacia el descontrol. Bueno, quizás no tanto, pero algo así. Sufrí un cambio brusco, casi obsceno: cambié delante de todos, fue como un Big Brother. Fue tan precoz y atrevido, que cuando recuerdo eso me indigno y sé que no son cosas para que las viva una nena como lo era yo. De vez en cuando me veo a mí de chiquita y me cuido como si fuera mi propia madre, me da un poco de lástima haber vivido eso. Debe ser ése el instinto de madre del que tanto hablan cuando digo de qué signo soy. Blah, volviendo al tema. Era como estar viviendo mi adolescencia pero con 8 años, una barbaridad. La verdad que lo digo y me da mucha bronca.

En las contestaciones cambié el tono, cosa que no fue muy admirado en mi casco familiar. Empezaron los choques, las peleas, los llantos y la tristeza aguda que siempre me invadía. O sea, que dentro de mí habitaban dos personas que todavía no podía distinguir, seguía estando, aunque muy oculta y sólo se la veía dentro de casa, la sufrida, la buena y por otro lado, la altanera, la provocadora, la de los comentarios fríos e insensible. Se notaba que estaba a punto de estallar lo que sería mi salvación: Megan. Después contaré más.

Con Rocío nos hicimos amigas cuando yo tenía 10 años. Ella era un año menor que yo, pero casi no se notaba. Vivíamos cerca, pero se ve que mi mala memoria es de toda la vida porque jamás la había visto hasta esa tardecita veraniega donde comenzó nuestra amistad donde ella me preguntó cual era mi nombre y casi pisando mi respuesta, me desafió a una carrera en bici. Ese mismo día ya estaba en la casa bailando al ritmo de Thalía en su cocina. Sí, bailaba Thalía. Sin palabras.

Rocío era una nena totalmente femenina, comunicativa, charlatana. No sé en que momento comenzó a ser mi mejor amiga. Cuando nos cansamos de andar en bicicleta, descubrimos que había otro mundo allá afuera, que había hombres, que nuestras hormonas eran otra cosa más que una charla en la escuela. Y junto con todo lo que eso implicaba, su extrovertida personalidad ancló, era el centro de atención de los pibes del barrio por ser desinhibida pero Rocío realmente era bonita, cosa que llamaba aún más la atención de todos.

Estamos tan unidas una a la otra que casi no teníamos otras amigas, siempre éramos ella y yo.

En verano era ley ir al Kiosko a comprar un helado, pero nunca más de eso… éramos chiquitas, que se yo, desde esos días comenzaba la interacción con los pibes del Kioskito. Vimos creer a los más grandes del barrio, y ellos a nosotras. El Gordo del Kiosko puso lo que faltaba: inauguró un metegol (eran los '90, si tenías kiosco, tenías que tener metegol)

No me pregunten cómo, pero siempre terminábamos ahí jugando al metegol, haciendo sociales.

Bah, es simple… imagínense: era verano, el kiosko inauguraba un metegol, teníamos las hormonas revoloteadas. Era lógico que el movimiento del Kiosquero en poner un metegol en verano, fuera un golazo.

Empezamos a pegar onda con los guachos que paraban en el Kiosko del Gordo, no eran mucho más grande que nosotras pero ya estaban en la secundaria: Nos sentíamos unas diosas en parar con ellos ¿qué más podíamos pedir?

Rocío había llegado para quedarse, nos vimos crecer de niñas a semi-adolescentes. Ella fue el puntapié para que yo pueda moldear mi personalidad. Fue mandada del cielo.

Y es más que obvio decir que yo era la amiga simpática de Rocío, la amiga hermafrodita, con la cual podía hacerse la gata (que no es lo mismo que hacerse la gata ahora, pero bueno… algo era) y a la vez podía ir a jugar al metegol.

Cuando digo que Rocío fue mandada desde el cielo no exagero. Gracias a ella nació Megan. Quién es Megan, se preguntarán. Bueno, Megan fue mi archi-enemigo, una contraria a todo lo que yo hacía con la particularidad que convivía dentro de mi mente. Fue el primer doblez fugaz que tuve. La verdad que la primera vez me dio un poco de miedo, pero a través de los años pude comprender gracias a amigos y a otras personas de confianza que era lo que pasaba. Rocío influyó muchísimo en todo. O sea, yo era la amiga pero mi mente giraba cuando estaba con ella y aparecía Megan. Era muy distinta a mí, es más… era muy parecida a Rocío. Por eso debe ser que se llevaban bien. Es raro de explicar, yo estaba ahí presente pero a la vez, no. No era dueña de mis actos. Supongo que después lo entenderán, cuando vean cómo me arrepiento de algunas cosas donde la realizadora era otra y no yo. En fin.

No sé que será ahora de la vida de Rocío. Supongo que debe vivir en el mismo lugar, ya que la vi bajar del colectivo hace unos meses. Labura de promotora, según me dijo un vecino. Pero bueno, es una historia sellada aunque vivimos cosas profundas, en todo sentido, hay cosas e historias que no le contaré a nadie, más que a este blog. Digo esto porque a pesar de que Rocío parecía una niña feliz, yo siempre la percibí bastante perturbada sexualmente, hasta ahora mantengo la sospecha de que el padre abusaba de ella pero es tema para otra historia.


Migraña.

La ventana de la habitación da a un parque, a un pequeñísimo parque. El vidrio de la mesa ratona está sucio y todo pegajoso, la casa es un asco. ¿Tanto quilombo hicimos? Ayer no parecía tan sucia, pero de noche todos los gatos son pardos. Está también el cementerio de ceniza, todavía me pregunto que hace allí mi billetera ¿Y mi delineador? ¿Qué hace allá?

Tengo la mente apagada y tengo hambre, mínimo un día que no comemos nada, mejor me prendo un pucho. No encuentro el encendedor. ¿Dónde carajo lo dejé? Al menos encontré el control remoto. En la televisión está Lisa y Homero, en el baño suena el ruido a ducha:


- ¿Te despertaste?
- Sí.
- ¿Cómo estás?
- Con dolor de cabeza.



Se ríe mientras me dice que debe ser por el vino, por el alplax, por la noche, y por otros millones de cosas. A mí no me causó ninguna gracia.


- Tomá un poco de coca, hay en la heladera.



Me levanto de nuevo, me pongo las zapatillas y mientras camino por dentro pienso… “tengo un cortocircuito en la cabeza, por eso la migraña: por pensar en él y estar con vos, estar con vos…”

Abuelo.


En la próxima vida nos estaremos viendo, estate esperándome... acá el tiempo pasa tremendamente rápido.




(pensamientos lentos para una vida que no es normal)

Para Ariel M.

Hoy me dijeron que te está yendo mal en la vida.

"Era hora", pensé.

El muchacho que quería agradar a todos.

Se me agrego un pibe al MSN. Obvio que después de saludarlo como corresponde y poner un par de "jajaja" para caer simpática, hice la pregunta de rigor.


- De dónde tenés mi MSN?


Yo siempre ando dejando el mail por cualquier lado, no me preocupa el spam y demás. O sea, si abro el mail es porque estoy muy al pedo en casa y por ende, borrar un par de publicidades de Viagra y páginas yanquis incomprensibles para mi, no me hace nada.

Bueno, volviendo al tema. Yo dejo el mail en cualquier lado, entonces cuando hago la pregunta espero cualquier respuesta. Este muchacho dijo "te saqué de una cadena de mails". Ok, listo.

Para acelerar un poco más el ritmo de la charla (que se había trabado, por mi parte, al ver que el muchacho éste se negó a decirme su edad cuando le pregunté, que hablando en serio me pareció totalmente estúpido. Ya no tenemos 13 años!) indagué sobre sus redes sociales.



- Che, y facebook? Fotolog? Blog? Algo?

- Sí, fotolog. Vos pasame el tuyo.


Obviamente, que en sus charlas nada de puntos suspensivos, ni comas ni nada remotamente legible. Ya no sabía que ponerle. Me resigné a poner un triste "Jajaja" cada dos palabras. Sí, triste. Desarrolló el característico chamuyo del MSN diciéndome:


- Muy lindo tu fotolog, sos muy linda.

A lo que mi humilde persona sólo respondió con un grato Gracias y nada más. Puede ser que suene un poco perra, pero no lo soy. Esa conversación era tan divertida como chupar un clavo.

La mayoría sabe que ningún ser humano halaga a otro sin querer algo a cambio. Y redobló su apuesta poniendo ante mis ojos:


- Y yo soy lindo? :O


Este muchacho es de esas personas que viven queriéndose asegurar de que agradan al mundo. Todo bien, me encanta que la gente eleve su autoestima como Homero Jay eleva su espíritu en aquel mural que pintó tu madre hippie, pero tampoco la pavada. Contesté un frío "No sos mi tipo", pero no le sirvió y siguió indagando sobre como me gustan los hombres (¿Por qué asumió que me gustan los tipos?) mientras ponía fotos de personas que no eran él (Dios, me pasó el flog, le ví la cara y se atreve a poner fotos donde claramente no es él?) Rotundamente, después de ese papelón, no le contesté más.


Nota: No me gusta ser así! No parecía un mal pibe, pero estas cosas me sacan.

Otra nota: Está de más decir que lo eliminé, no?

Fea.

Desde chiquitita supe que era diferente. Y por diferente me refiero a fea.

No es común que siendo tan chiquita una sepa que su destino no será brillar en las pasarelas ni beber licores con empresarios viejos y verdes que quieran aprovecharse de la estupidez.

En los años de jardín y preescolar no era un gran cerebro, ni era el centro de atención, mucho menos la mimada de la maestra. Simplemente era la solidaria, la que es buena con sus compañeros, la que no arma lío. O sea, no era nadie. Nadie sabía de mi aguda existencia. Ahora quizás suena como una estupidez, pero yo tenía bien en claro por que asistía al colegio: Yo iba a aprender. Costumbre que sigo manteniendo hasta el día de hoy, no por terca si no por que me parece lo más sensato, aunque me discutan a muerte que el ser humano es un ser social y que necesita interactuar para vivir, yo en clase soy la mina con la peor cara de culo del mundo, cosa que acentuó y acentúa aún más mi fealdad innata.

Ya en primer y en segundo grado las cosas cambiaron, aparte de ser la fea era la que sabía leer sin seguir el texto con el dedito abajo para no perderse (sí, en mi viejo colegio privado me hinchaban los huevos con esa pelotudez) No me distinguía ni en pedo. Era una perdedora total, encima con un presente totalmente distinto en aquel entonces, a los de mis compañeros.

Todo lo que recuerdo de mi niñez son comentarios del estilo "Es una gordita hermosa", "Ay, que hermosos cachetes", "Qué culito para pellizcarlo todo" jamás un halago a mis notas, bah ni siquiera eso, no llegaba a distinguirme como una alumna aplicada mantenía 7 y 8 en las materias, era bastante vaga y no me gustaba la escuela, pero era ir o ir. Mi autoestima se fue moldeando a los prejuicios que, hasta el día de hoy, sigue teniendo la gente. Nunca me sentí discriminada, pero fueron cosas que marcaron mi personalidad. Como, por ejemplo, llevarme mejor con los chicos que con las chicas.

Raramente, a finales de segundo grado me hice amiga de una compañera. Con Analía fuimos muy amigas, casi hermanas. Íbamos de acá para allá, andábamos en bici, jugábamos al family, hablábamos pelotudeces, etc. Encima éramos vecinas, todos los astros estaban a nuestro favor para que la amistad creciera y creciera como planta de cannabis después de la despenalización.

En tercer grado, afiancé mi amistad con Martín, otro vecino. Con él pasábamos horas y horas jugando a la pelota (Si hubiera seguido con eso, hoy me verían jugando en el Real Madrid o en el Barcelona, era muy buena según los hombres del barrio), escuchábamos Rock & Roll (Sí, sí en tercer grado!), y éramos de vagar días y días.

En cuarto grado, la amistad con Martín y Analía fue lo mejor. Aunque ellos no eran amigos, yo me sentía afortunada de tener dos personas como ellos de amigos.

Mi espíritu era inocente, bueno y sin maldad. Hasta ese fatídico día de verano, transcurso de 4º grado a 5º.

Estaba en la puerta de la casa de Analía esperando que salga para tomar un helado. Muy tranquila, sin esperar que ocurriera algo tan importante como iba a suceder. En eso, sale la vecinita de Analía, una nena dos años menor que yo. Se sentó al lado mío (ya nos conocíamos y todo pero nunca jugábamos ni nada, era menor que yo! No iba a bajar mi nivel ni loca) y realmente no recuerdo de que hablábamos ni nada, sólo que en un momento me dijo:


- Vos sos fea.

Y ahí mi mente se puso en blanco. Fue una sensación horrible escuchar que me dijera eso, encima alguien menor que yo. Entonces mi lengua se movió sin pensarlo y le escupí:


- Y vos? Vos sos adoptada.

La nena me miró, se levantó y escuché que entraba a la casa llorando y súper compungida. A lo que yo, la nena solidaria, buena y que sabía leer a la perfección, inmutable, como la más fría asesina de cachorros sin alma, ni corazón… me levanté, agarré la bici y me fui a la plaza a andar un rato.

Ese día mi mente giró. Ese día supe que mi suerte no era ser bella. Y también supe que cada herida que me hicieran sería retribuida, si no es por los cielos más profundos, sería por mí; pero no iba a permitir que nadie más me hiciera sufrir, aunque para eso tenga que hacer sufrir yo.

Y no es que suene contradictoria a mi creencia del Karma, ni que en esta vida todo se paga. Pero si rehúyo de mi imperfección (por que déjenme decirles que sé que está mal) sería cortarle el alma a mi espíritu que como yo, no es perfecto ni pretende serlo. Prefiero toda la vida pagar por ser auténtica que mantener un personaje el resto de mi vida sólo para ir al cielo con San Pedro y Jesús.

Y caí tiempo después que fue una crueldad total lo que hice, pero al menos era una verdad. En cambio, lo que dijo sobre mí era una subjetividad, al menos yo lo negaba.

Hasta el día de hoy, me cruzo a la vecinita de Analía y le sonrío sin querer, como quien sabe que las cosas las hace mal, pero no le importa.

*

Y bueno, desde ese día que supe que mi fuerte no iba a ser jamás ser la más bella del lugar. Puse un freno a todo. Dejé de usar calzas, dejé de usar musculosas, dejé de usar polleras. Me empecé a vestir como un pibe con ropas grandes, sin formas y mucho menos combinando colores. Eso era para otro tipo de chicas, para mí no. Mis actitudes también mutaron, dejé de ser la sufrida y la buena para ser el embrión de lo que soy hoy en día. Aunque con algunos problemas como la altanería, las contestaciones y la provocación pero teniendo siempre en la cabeza que era fea, que no era distinta ni nada: era simplemente fea.



CONTINUARÁ CON...


"Fea, pero me curtí a tu novio"

Seré.


Quiero ser parte del conjunto de bacterias

que viven bajo tus uñas.

Quiero ser pájaro de fuego que se estrelle de felicidad

contra el cielo pintarrajeado de violeta, cielo de verano.

Quiero anticiparme a la derrota, quiero ser inmune a las fallas.



¿Te animás a ser estrella fugaz que brilla sin miedo,

ahí

en el fondo del mar?



Quiero verme fallecida en mi mugroso colchón

con la utópica esperanza

que me hace dormir todas las noches,

que es seguir siendo

ave y mar,

mujer y misterio,

tormenta y risa,

muerte y agua,

diabla y "hasta luego".


El día de la Primavera.

No sé porqué motivo me repugna tanto el día de la primavera.

Cuando era pequeña solíamos juntarnos meses antes con las chicas a pensar donde iríamos, o sea ¡re-triste! Si no podíamos ir a ningún lado, al menos de día. Terminábamos siempre en la misma plaza, en el mismo pasto cercano a nuestras casa. Tomando la misma marca de leche chocolatada y sanguches de jamón y queso.

Se me retuerce el estómago al saber que yo pertenecía a esa raza de niñas gritonas que abundan en cada centímetro de parque local.


Es más, éste 21 estaba haciendo vida de ostra mirando televisión y lamentando que esas cosas que se mostraban, sean los encargados del mundo del mañana (¿?) no, tanto no. Bueno, le pregunté a mi vieja si yo era así cuando era más chica, a lo que respondió:


- No, vos eras aún más pelotuda y ruidosa.


Mi ego se suicidó en ese momento, no podía creer que mi propia madre me diga eso. Era un homicidio. Pero guardé fuerzas y le pregunté por qué me había dicho eso, que no sea una zorra (sí, yo trato así a mi madre.. pero es mutuo)


- Porque, aunque no sos de llamar la atención, sos de reírte fuerte. Y cuando eras chica, era peor.


Al menos era por eso. Me quedé más tranquila.

Volviendo al pasado, eran salidas de pendeja, charlas pelotudas y poco serias. En la secundaria nos ibamos más lejos, a sacarnos fotos a Palermo con su arbolito y su laguito y también a comer sanguches de jamón y queso bebiendo coca cola.

Pero de todos los días primaverísticos que viví hay un factor común: siempre había un pelotudo o en su defecto, un grupo de pelotudos que quería hacer sociales. ¡Cómo los detestaba! Se hacían los poronga, qué ganas de escupirles la cara.

Qué sé yo, yo no lo tomaba como un evento nacional el tema de festejar el 21 de Septiembre. Debo confesar que los días que lluvía o estaba feo yo era la mina más feliz del mundo.

Cuando dejé la secundaria, ya no me causaba gracia juntarme con mis amigos a hacer esas pelotudeces. Como saben, soy bastante antisocial. Me cuesta horrores que la gente me caiga bien, y el día de la primavera hay millones de personas salvajes sueltas con sus instintos más bajos al aire, así como vienen al mundo. Parecemos incivilizados, estúpidos y en mi caso, hasta siento verguenza ajena.

Y hace unos años ya no busco excusas del tipo "me duele la panza", "tengo que estudiar para mañana" o esas cosas que se saben a kilómetros que son mentira. Ahora digo la posta: "No, loco. No me gusta el día de la primavera"


¿Me estaré volviendo una vieja chota?



(le voy a tener que poner más buena onda a este blog, ultimamente ando pesimista)

La noche azul y su velo de risa.


Cuando pensamos que no le caìamos simpàticos,

el Señor de los Infiernos clavò su mirada y nos regalò una sonrisa pìcara.

Siempre fieles, siempre lamiendo el poder con la punta de la lengua.

Con eso y un par de copas, hemos salvado esta noche triste.



Uno en Mardel.

Soy almidón de azúcar.
Sos nube grosera.

Soy pequeños pieces y rutas bordeando la Cordillera.
¡Sos azúcar en la Cordillera!
¿Me darás tiempo para desligarme?

Soy una pena triste en la húmeda Mar del Plata.
Sos el viento que descansa en el puerto.
Soy la arena fría a la que le lloran los mendigos.

Somos relámpago en el cielo.
Somos la agonía.


De la pista a respirar.





Un toque por si las moscas van, y otro toque por si vas detrás. Ya no hay tiempos de lamentos
¡Ya no hay más!


Me fui a Salta. Vamos Indio, la concha de dios.

Sé un niño alborotado.



Se un niño alborotado.

Te quiero corromper.

Quiero tu inocencia más pura.

Tu luz en dos lágrimas.

Dos lágrimas del vodka más barato.



Están tus labios mordiendo un ají

Y yo sólo pienso:

"Te quiero corromper"



Quiero que seas un niño alborotado.



¡Sé un niño! Es una orden.

Quiero verte discutir con el espejo

Antes de que salga el Sol.

Alborotarte y corromperte.

En un escenario de mutilación

Quiero dilatarte las pupilas

(entre vergüenza y lluvia)

Y comer un durazno mientras vos te masturbás.

Acabar, verte reír y corromperte.

Desnudarme al ritmo de Dylan.

No me mientas, corrompeme.

Cualquier cosa me sirve de excusa.


Esta noche llenará los libros más perversos de la historia.


Llamando por un sueño.

Fue allá por el año 2002, cuando conocí a Juan por extrañas casualidades. En ese entonces tenía teléfono en mi habitación y todos los llamados tenían que pasar por mí antes que por cualquier miembro de la familia. Un día estaba haciendo no sé que pindonga y sonó el teléfono.

- Hola.
- Hola, está _____? (No recuerdo por quien preguntó)

- Quién habla? (Pregunté de chusma*, como siempre)
- Juan, el del sonido.
- Mmmm, Juan te equivocaste de número.

- Uh, bueno discúlpame.
- Sí, chau.
- Chau.

*Chusma= se refiere a ser curiosa, no piensen pelotudeces (Carita TIERNIS)

En sí, fue la conversación típica y desastrosamente estúpida que se tiene cuando llaman a tu casa y es equivocado. Pero volvió a llamar a la hora.

- Hola.
- Hola, está _____?
- Mmmm Juan? (Riéndome de lo estúpido que se puede ser)

- Sí, jajaja.
- Che, me parecen que te chamuyaron con el número.
- Sí, debe ser. O el destino debe querer que te llame a vos. (Juro que me enamoró cuando dijo eso, yo soy de la Logia del Destino, creo en él más que en Gilda)

- Jajaja. Sí, seguramente debe ser eso.

- Che, como te llamás?

- Lucrecia.

- Lindo nombre, eh. Y linda voz también, así de locutora.
- Me llamo Laura. Y no tengo voz de locutora, tengo voz de niña. (Real, tengo voz de niña)
- Bueno, ese también es lindo nombre.

- Ah, bueno…

- Che, qué te iba a decir? (Me acuerdo de eso perfectamente, era su latiguillo. Bah, más que latiguillo lo decía cada tres sílabas)

- Y no sé..
- Te jode si te llamo mañana?
- No, todo bien.

Lo que había empezado como el pelotudo que se comió el verso del “llamame” y le cabió un número falso, se transformó en charlas de mínimo una hora perdiendo el tiempo. Como en el MSN, pero en el teléfono. Y obviamente, que siempre llamó él a pesar de que me había pasado el suyo. Ni en pedo iba a gastar preciosos minutos de mi tarjeta control para hablar con alguien al que le pasaron un teléfono cualquiera.



Juan era sonidista y me acuerdo patente de su voz ronca como si hubiera sido ayer que llamó a casa, esa voz de hombre de la noche, lleno de gatos, mañas y otras fainás me fascinaba. Juan laburaba por todo el país pero una mala jugada de un loco, lo había dejado sin laburo por un tiempo. Por eso teníamos tantas cosas en común, conocíamos los mismos lugares: yo porque andaba por esos lados y él porque laburaba con bandas.

Aunque yo no desconfiaba (en esos tiempos no estaba de moda el secuestro virtual y demás actos delictivos mediante llamados) tampoco me gestaba curiosidad saber como era físicamente o que estaba estudiando. Siempre bastante arriesgada, ahora que lo veo: ¿Y si era un psicópata que tenía todo planeado fríamente, para secuestrarme , torturarme reiteradas veces hasta llevarme a Europa con fines varios? En fin.


Después de hablar tres meses por teléfono, esa imagen de “pobre pibe debe ser un goma total” se había esfumado mágicamente: me caía bastante bien. Era irónico y me retrucaba cada cosa que decía, tenía problemas de todo estilo y por encima de todo estaba tratando de dejar la cocaína. (¡Nunca me llama un Dr. Abogado, un estudiante de Medicina, no sé! Alguien con profesión… siempre tipos con problemas de droga, o problemas judiciales: es un karma)
Termino de depilarme, suena el teléfono.

- Hola Laura?
- Sí, cómo andás?

- Bien, che. Escuchame te parece que nos veamos hoy? Ya sé que es cualquiera pero estoy cerca de tu casa.

- Por dónde andás?
- Flores, en la plaza. (Me llamó de un público! Un amor de hombre)
- Dale, tomate el 85.
- Dale. Estoy con una remera de LOS REDONDOS. (Mi corazón palpitaba.. galopaba.. se moría y volvía a vivir. En ese tiempo estaba muy pelotuda)

Todos saben que yo soy SÚPER PUNTUAL. Siempre soy yo la que llega primero y los demás van cayendo. Pero Juan me había ganado. Estaba muy sentadito en el umbral, mirando la nada. Juro que lo ví y me enamoré. Era alto, más o menos 1.85. Morocho de piel y un peinado tirando a rollinga que no coincidía ni a palos con su edad.

- Hola Juan, soy Laura.
- Petisa! Cómo andás?

- Bien, cómo puede ser que hayas llegado antes que yo?
- Ah, misterio.
- Qué puto!

- Jajaja, qué te iba a decir? Ah, vamos a comprar una birra? Tengo faso.
- Dale.

En el kiosko me contó la madre lo tenía cortito por mandados mal hechos que sufrió en el pasado. Yo por mi parte, le conté que estaba estudiando, que dibujaba y bla bla. Parloteamos un tiempo, hasta llegar a la vuelta de la parada del colectivo.

- Acá?
- Es bastante oscuro pero no pasa la policía y si pasa, no te ve ni en pedo.

Nos fumamos dos gorditos mientras mi persona divagaba historias como siempre. Hasta que me dio un beso. Beso que duró bastante.

Lo que me gustaba de Juan era que no chamuyaba ni nada, excepto esa vez por teléfono. Él iba al grano. Sospechaba por dentro que era una especie de galán dentro de su grupo de amigos, pero era la primera vez que lo veía y no me iba a poner a indagar esas cuestiones. Nos despedimos como viejos amigos y prometí llamarlo. Nunca lo hice. Juan siguió llamando, y nuestras charlas siguieron fluyendo como agua, hasta que nos vimos una segunda vez.


A veces me acuerdo de él, y pienso que realmente nos unió el destino. El mismo destino que unió a Sid y Nancy y a Anna Kournikova con Enrique Iglesias.

Es del único Juan que tengo un buen recuerdo.

Vueltas verdes y rosas.


Me malacostumbré a girar en la oscuridad.

Pero si me decís, llorando, que hay siempre más de un sol.. yo te creería.

Días vitales.


Veo

torrentes de sangre que gotean
lentamente en las caras felices

de los muertos que tengo guardados en el placard.


Son días de sangre,
días apaciguados y conmovidos
(y pasan sentados en el lomo de un caracol)

Sútil.

5 de la mañana. Mirando el cielo tirados en el patio del PH.

YO: Somos un nada del todo, me siento muy chiquita.
Yo teníaganas de apretar una nube cuando era chica o de ver el Sol de cerca.
Pensar que me voy a morir no pudiendo cumplir ninguna de las dos
cosas, es bastante triste. Pero bueno, a veces lo imposible
es lo que hace movernos en la vida.
No sé si hay algo mejor que esto.


ÉL: Sí, garchar.







(Sos tan básico)






Esa fue la causa por la que no te atendí más.

Pum II

Cuando escribo en un papel viejo,
siempre
pienso en alguien
pero no pienso en vos
ni en áquel
mucho menos en la otra.

Dame paz, y te daré amor
Dame amor, y te daré odio
No soy más que un papel roto
deshecho y viejo con el cual
recordarte
más allá de todo.

Ni vos ni nadie

Pero siempre él
Y el otro también

Necesito un movimiento violento
que no permita
que tu paz
y mi odio
se entiendan.

Dame odio, te daré amor.
No preciso más que un adiós
nunca oido
para odiarte
como ese primer día.

Dame paz y te daré el doble
este es el momento,
es lo que tanto esperé.


Dame amor y no responderé con ningún sí
Te quiero ahí
tieso y lejano
como la voz que me dirá que hacer
cuando me digas lo que no quiero escuchar

Dame violencia y no volverás a verme
ni crujiente ni sumisa
ni atolondrada ni de prisa

Dame un papel conmovido
y seré tu actriz en esta cárcel

Dame un adiós y te daré un hasta luego
Dejame deshecha y no me obligues a verte más.


Mi porquería.

No pensé que cabías en un boleto de colectivo.

Te volviste, de pronto, tan pequeño.


Me maravilla tu retina, vigilando cada momento de dolor, hambre, infierno y miel. Estabas enfrente mío, tu mandíbula disparaba contra mis ojos delineados. Fue el viaje más largo de mi vida. Dos horas comiendome toda la gilada que escupías.

Me siento un poco inhibida. Ya no estoy para hacer una rabieta de quinceañera. Estoy grande. Estoy más vieja y más chota. No me banco el morbo de que cada noche sea un muerte.



Te ví accidentado bajando del colectivo.

Me diste un poco de lástima.


"Pero podemos irnos juntos, si querés"

Sos mi escoria colmada de magia.



Qué se yo. No me agradan los best-sellers.


Si te vuelvo a ver.

Colgué pensando que pasaría por mí el día que lo vea de nuevo.


O sea,
me daría mucha verguenza por todo lo que él me dijo,
por lo que le dije, por lo que vivimos
y por lo que me maquiné sola en casa
escuchando esas canciones ochentosas
que hablan de amores que no nos corresponden.




En tres items podría
resumir mis emociones.

  • Probablemente eche una puteada a los mil vientos, me ponga triste, me emborrache y termine con algún boludo tratando de no pensar en él.

  • Probablemente lo odie mucho más por ir a lugares donde voy yo. Pensaría "este lugar es mío, qué hace este tarado acá?"

  • Probablemente iría a saludarlo como si nuestra relación hubiese sido de 10 (lo triste es que lo fue.. de algún modo) y quede grabado en la historia como el encuentro de dos buenos amigos: el amor de mi vida y yo, la amiga arisca pero copada.


A "probablemente", señora,
también se lo llevaron preso.

"Probablemente" no es nada confiable.
Pocas veces cumple lo que promete.

Es la suposición de los idiotas.
Es un dandi. Es un don Juan.




En fin, siempre trato de mantener imágenes visuales de lo que pienso. O sea, lo materializo.. pero dentro de mi mente.

Sería un sábado en algún bar tipo cucha de perro linyera como a los que me gusta ir (sí, por elección propia) a ver alguna banda a la cual no la conoce ni el 0.05% de la población o esos boliches de super joda, donde uno va generalmente, a comer todo bicho que camine y pese más de 30 kg. como diría mi madre.

Sería un sábado de comienzo triste, un sábado de esos que a las 8 de la noche no sabés si aceptar las invitaciones que recibiste via SMS, si quedarte leyendo un libro que compraste, empezaste pero nunca terminaste, o si.. simplemente quedarte en la cama zapeando series yankis tipo Friends, Scrubs o en su defecto Mad.

Dios, ya me lo imagino. Me transpiran las manos de sólo pensar en ese momento.

Vasos de dudosa higiene que van y viene, vacíos y llenos. Y vos ahí. En áquel rincón. Con tus amiguitos rockstars y sus millones de mujeres rogando por terminar en un hotel con alguno de ustedes.

Sería extraño cambiar el humor y no poder contarles a mis amigas por qué.

Conociendome, Cangrejo lunar lleno de mañas, induciría a alguna amiga (a la que esté más borracha, para que no me de vueltas) a que me acompañe a la barra, al baño o a dar un pequeño paseo por el lugar.

En realidad, daría una vuelta alrededor de él sin que se dé cuenta y si, en algún momento de mi baile de apareamiento, se da cuenta de mi mirada clavándose en la exacta mitad de sus cejas, MEJOR. Mi misión estaría resuelta.

Por qué? Porque una lady (aunque ese término queda muy lejos para mí) nunca va en busca de su hombre, sólo se hace notar y deja que vengan a ella. Una amiga muy puta me enseñó eso.

Seguramente me mande un msj, haciendo alguna técnica típica de él.
No hace falta destacar que es obvio que no le contestaría.

Y en algún lugar del boliche, a altas horas de la noche, me lo vuelva a cruzar frente a frente.

Y nuevamente, huiría.

Para no terminar otra vez con el corazón roto.

(No es histeria, como la mayoría de los hombres piensa.
Solamente es para que la balanza esté equilibrada.
Solamente es para que una noche el piense en mí)

Memorias sin recuerdos.



No està bueno que te acuerdes de mì cada vez que yo me olvido de vos.




Andares que son, cosa seria



*

Un microcosmos se formò en torno a tu voz

y al menor estìmulo

la razòn y la locura

se esfumaron

en forma de humedad y licor.



Papito.



Feliz dia papito!
Gracias por abandonarme y dejarnos solas en plena infancia a mama y a mi, sin un peso y al borde de un desalojo. Sin dudas, un ejemplo de papá. Pero no creas que te deseo todo el mal y todas las secuencias por las que tuve que pasar sin un padre al lado, sin ropa, con poca comida, por millones de situaciones de mierda, yo solo espero con ansias el llamado que me anuncie tu muerte lenta y dolorosa.


Que la pases bonito y tene cuidado que la vida es un boomerang.

Con cariño, Tu hijis.



*
Aunque parezca media cínica, estas fechas me ponen bastante mal. O sea, yo también hubiera querido un padre como lo tienen todos. Una familia normal, por así decirlo. Si me hubiera abandonado siendo más grande, quizás hoy lo perdonaría porque... bueno... que sé yo! Lo perdonaría y punto. Pero ya desde el principio las cosas empezaron mal. Después no se quejen si soy como soy.

Cárcel.

Me acuerdo del piso de madera
y de correr tras tu llamado.

Angustia,
al saber que por unos años no te iba a ver más.
Hay un paredón y rejas que no me dejan tenerte.
Me cansé de hacer mil promesas para que la vida te dejara en paz por un rato.

¿Cuándo sera el día que vuelvas con margaritas del jardín de tu mamá
a tocarme la ventana y acompañarme al colegio?

Y ahora,
cada noche en que el diablo me aconseja que hacer
termino con la melancolía puesta en los ojos.

Despedidas febriles que no te pude dar.


ES FEO PERDER A ALGUIEN, PERO MÁS FEO ES NO PODER DESPEDIRSE.

Cansada.




No es mal humor, es poner los puntos sobre las ies.
¿Es tan difícil de entender?

Si tienen un tiempito Adolf & Zoe se lo explican
con su gran paciencia.






Mi sonrisa.





Paseando por la calle del agua y de la electricidad, me pregunté por qué la gente iba tan triste, triste y sin colores. Y fue glorioso ver que alguien respondió a mi sonrisa. Alguien que nunca ví y que nunca me volveré a cruzar.

Mi sonrisa no es una sonrisa perfecta, es bisexual, es narcótica, tiene problemas de comunicación y llora de emoción cuando ve aves que rompen el cielo azul.
Mi sonrisa no es una sonrisa perfecta,
pero está llena de "qué me importa".

Lluvia en el Jardìn Zen.

No ando muy compasiva
ni exigente

le sigo teniendo respeto
al fuego y al agua


y ya no leo poemas
traìdos desde la tumba
de algùn viejo mendigo

yo sòlo quiero los ojos
color Otoño
todo el año.


¿ Quièn es el insensible sin corazòn
que me va a decir que el Verano pedorro
es mucho mejor ?

Pija.

sin planificaciòn
sin roces
sin sentimientos

gemìs

y de un segundo para otro
ya no estàs

¿Cuàndo serà la noche
en que yo me vaya primero?

de nuevo
me quedo en un costado del mundo.

Dejame de hinchar las pelotas.


Frente a los enemigos la mejor venganza es ser feliz