Cárcel.

Me acuerdo del piso de madera
y de correr tras tu llamado.

Angustia,
al saber que por unos años no te iba a ver más.
Hay un paredón y rejas que no me dejan tenerte.
Me cansé de hacer mil promesas para que la vida te dejara en paz por un rato.

¿Cuándo sera el día que vuelvas con margaritas del jardín de tu mamá
a tocarme la ventana y acompañarme al colegio?

Y ahora,
cada noche en que el diablo me aconseja que hacer
termino con la melancolía puesta en los ojos.

Despedidas febriles que no te pude dar.


ES FEO PERDER A ALGUIEN, PERO MÁS FEO ES NO PODER DESPEDIRSE.

0 pasaron y dejaron algo: