Migraña.

La ventana de la habitación da a un parque, a un pequeñísimo parque. El vidrio de la mesa ratona está sucio y todo pegajoso, la casa es un asco. ¿Tanto quilombo hicimos? Ayer no parecía tan sucia, pero de noche todos los gatos son pardos. Está también el cementerio de ceniza, todavía me pregunto que hace allí mi billetera ¿Y mi delineador? ¿Qué hace allá?

Tengo la mente apagada y tengo hambre, mínimo un día que no comemos nada, mejor me prendo un pucho. No encuentro el encendedor. ¿Dónde carajo lo dejé? Al menos encontré el control remoto. En la televisión está Lisa y Homero, en el baño suena el ruido a ducha:


- ¿Te despertaste?
- Sí.
- ¿Cómo estás?
- Con dolor de cabeza.



Se ríe mientras me dice que debe ser por el vino, por el alplax, por la noche, y por otros millones de cosas. A mí no me causó ninguna gracia.


- Tomá un poco de coca, hay en la heladera.



Me levanto de nuevo, me pongo las zapatillas y mientras camino por dentro pienso… “tengo un cortocircuito en la cabeza, por eso la migraña: por pensar en él y estar con vos, estar con vos…”

4 pasaron y dejaron algo:

ateo dijo...

buen relato amiga.

¿Lesbiana? dijo...

Peor cortocircuito que el del amplax.

Nina dijo...

Yo no pienso en nadie y la migraña a veces me mata... besos Bufona...

necesitounnombre dijo...

ni el peor de los naufragios en un mar de whiski barato, ni la más atroz ventizca de humo de tabaco y otras yerbas inundando los pulmones, ni el insoportable ruido de la musica preferida taladrandote los oídos del alma, nada, absolutamente nada te quita la puta migraña de no ver su cara en las infernales mañanas. muy bueno lo suyo bufona, siga buefoneando nomás, hasta luego