• una no-improvisaciòn del amor

Ella eligiò vagar con su vida a cuestas, con changuitas sutiles que impresionaban a señores prohibidos. Jugar al lobo y al cordero (en ese entonces) era su hobbie. Él elegiò la civilizaciòn y el temperamento humano, ella sabìa que no lo iba a tener para siempre. Los dos estaban tan acostumbrados a este tipo de cosas. El pan no siempre lo comen los buenos comensales. Y lo entendìan.
Él no la aceptò, ni a ella ni a su decisiòn de ser un manuscrito de ficciòn. Ella bailaba con el màs feo y no le importaba ir de mano en mano llenando de amor a cualquier ser que la quisiera un poco màs de lo que la querìa su papá (la necesidad de ser amada la atormentaba) Y fue ahì cuando ya no recordaban que era la soledad. Sin embargo ella le temìa a sus ojos negros y revolucionarios. Aquellos ojos que èl siempre le ofreciò. La vulgaridad y el odio por ser tan parecidos se habian transformado en amor.

¿Còmo definirlos? Eran dos locos lejanos con ambiciones parecidas pero con mambos diferentes.
Él era el bastardo que hay en todas las familias, era la cocaìna que se consume en cualquier lado, ella preferìa ser parte del humo y danzar en medio del bosque. La globalizaciòn ayudò a estos dos vagabundos a conocerse. Agradecieron con unos besos al aire y se separaron. Sin darse cuenta que habian perdido la oportunidad de ser felices del todo y no por etapas.. como la vida los habìa acostumbrado.

Èl la habìa definido como una de esas chicas fàciles... fàciles de querer pero dìficiles de olvidar. Ella nunca se lo negò. Y rièndose se turnaban para catar un vino caro.
¿Còmo explicar que cuando un par de sienes ardientes se cruzan pueden cambiar la direcciòn de un destino ya marcado?
Recuerdo que eran demasiado orgullosos los dos. Y el orgullo es lo màs dìficil de manejar. La charla se tratò de la anarquia, del socialismo utòpico y de una pasìon transformada en arte. Esa luna grande y amarilla los unìo. El dìa los separò asì como separa las estaciones, los dìas, las horas.

No fueron màs que 7 segundos en donde la libertad jugò contra su contricante màs poderoso, el amor. No habìa màs que dos cuerpos inmòviles y el claro deber de alejarse antes que el corazòn quisiera echar raìces ahì.

Dicen que ahora ella odia de él todo lo que anteriormente amaba: Su disponibilidad horaria, la sensibilidad verdadera que brotaba cuando estaban juntos, sus locos pensamientos de izquierda, su rocanrol-sangra-oidos y sus siempre presentes.. respuestas para todo. La brutal manera de hablar, que desde el fondo ocultaba un " te quiero ".

El arte de querer amar lo que no tiene, a ella le sale a la perfecciòn.
Èl amura pedazos de cielo en mails llenos de amor (siempre jugando a ser el menos listo de los dos)

No hay manera de que èste relato a la distancia les llegue. Las aves cuando aprenden a volar terminan alejàndose del nido. Lo extraño de esta historia de amor es que no hay heridas que sanar.
De lo que estoy segura es que nunca van a volverse a ver.
¿Cùal fue la necesidad que los moviò al compàs del aire?
Aquella luna que los miraba, inocentemente, esa noche, pronosticò un final esperado. Cuando algunas bocas chocaban, ella volvìa cansada de la locura. Èl no se sabe, porque se fue entre la gente segùn dicen..

Seguramente estaràn pensando en porque la vida los tratò asì.

0 pasaron y dejaron algo: