Alguna Biblia.

Yo me detengo en su actitud,
Relampagea, chistosa.

Me fastidian estos tipos que creen ahuyentar a Plutòn con un soplido de fumador.
Que pobreta la metodologìa del soñador de hoy, seferìnes rebeldes.

Ràpidos, casi fugaces,
como liebres-libres
chispean porquerìa,
como drogas matutinas.

Bah, serà que no me quedan espejos de la Nueva Amèrica.
Y por eso, ando agreteando a lo dadà.

El agotado Abaddon, tu Dios, no vino a recalcar posibles errores.
Es una pena, era adorable.
Confieso que en noches de borrachera,
hasta me caìa simpàtico.

Un poema apocalìptico y prosmicuo debe decirte:

“No es que te desprecie, amiga mìa
Pero la Duquesa del Infierno
Debe proteger cierta reputaciòn…
No todos las coronas se han forjado de oro”



Y para hacer una despedida añorable
Ven, pongamos nuestros pasos anteriores en la balanza del Olimpo.
Veremos quien sobreviviò sin arrepentirse a las tormentas que vivimos.



Han leìdo un pasaje en la Biblia hallada entre la multitud de pescados a comer.

Laura.-
20deFebrero2009.

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