• la guerra, la ensalada, el circo y los payasos màs tristes

"Muertos los bufones, se acabò la nostalgia" - pensè.
A la hora de matar, hay que ser claro.
(nunca se mata por que sì a un bufòn)

El despecho le gana al amor en algunas ocasiones.
Pero esas miserias ajenas, se vuelven propias
cada vez que las evitamos.

Ganamos, por que aplastamos un pasado senil
que, aùn asì, nos agobia con los recuerdos que èl elige.
Pero ya lo dije antes, que van a saber ellos de la lealtad?
Si venden su piel al que mejor les manosee el ego.

El màs cobarde puede instruirte en la guerra màs cruel.

Guerra que se vuelve circo.

Y en este circo, cada payaso tiene su angustia.
El que abre la funciòn no es màs que un recio,
de esos que no quieren disfrutar del vino màs triste.

Nosotros somos los que caminamos sobre las cenizas
y, mientras abrimos corazones, reimos al son de una comparsa, tristemente, fiel.

Y el circo se vuelve una ensalada.

Los condimentos de esta ensalada de
no son màs que herejìas al dios mayor.
Fumamos entre compadritos de los màs calientes
y aùn asì, somos borregos de corazòn.

No aprenderemos màs a jugar con sus almas.
No nos conviene, si somos los que jugamos con las cartas del que pierde.
Y nos acostumbramos (esa es la muerte peor)
por que estamos còmodos sufriendo.
Conservamos trofeos de las guerras que perdimos
y las que ganamos, no sè.. esas no las contamos
por que no sirven, a nosotros no nos sirven.

Cuando el dolor ataca, somos servidores de la vocaciòn,
Somos guerreros y payasos.
Fieles y agresivos.
Somos condimentos y comensales.
Actores de este teatro sin ficciòn y realistas de este todo sin nada.
Somos prostitutas de la vida y amores fieles para los sueñan amores platònicos.

Bienvenido sea, el que quiera domar al leòn màs feroz de este circo.
No nos hacemos cargo de las ironìas con las que ataca.